Bien sentado y activo

La sedestación activa es una forma de trabajar con una silla de oficina, cambiando regularmente de posición de trabajo y realizando movimientos comparables a los movimientos naturales de andar o estar de pie. Los músculos y las articulaciones se utilizan de forma natural para que no se endurezcan y mejore la circulación sanguínea. Las sillas de oficina dinámicas se utilizan a menudo para fomentar el movimiento mientras se está sentado. Esto contribuye a la salud física y mental, así como a una mayor concentración y un mejor rendimiento cognitivo.

El trabajo con pantallas suele ser una actividad que se realiza principalmente sentado. Diversos estudios han demostrado que los trabajadores de oficina pasan entre el 65 y el 75 % de su tiempo de trabajo diario (por ejemplo, Parry y Straker, 2013; Clemes et al., 2014). En 2012, una serie de artículos en The Lancet describieron la inactividad física como una pandemia y una de las principales causas de mortalidad previa (Kohl et al., 2012).

En general, se considera que estar sentado de forma estática y prolongada supone una carga para la mente y el cuerpo, y se ha relacionado con diversos problemas de salud, como la RSI, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer (Biswas et al., 2015, Kaillings et al. 2021). Los músculos y las articulaciones se utilizan de forma repetida y continua de la misma manera durante un largo periodo de tiempo (Feveile et al., 2002), lo que provoca rigidez muscular y endurecimiento de las articulaciones.

Por el contrario, el efecto positivo del ejercicio físico y el ejercicio en la reducción del estrés mental es ampliamente reconocido, y hay pruebas de que el rendimiento cognitivo se puede mejorar a través del ejercicio (Mualem et al, 2018). Por lo tanto, el movimiento es deseable incluso mientras se está sentado, con movimientos similares a los movimientos naturales que se producen cuando se camina o se está de pie. Por lo tanto, el soporte para sentarse debería tener un efecto estimulante sobre la sedestación activa y permitir o incluso provocar cambios en las posturas de trabajo. Sin embargo, también hay momentos en los que sentarse con apoyo total puede ser beneficioso, en los que la actividad muscular se mantiene al mínimo con una buena postura.

Un ángulo de asiento entre el tronco y los muslos de más de 90 grados se experimenta como un impulso activador y de estiramiento sobre la postura de trabajo, reduciendo la presión sobre los discos intervertebrales y mejorando la circulación sanguínea (Nachmenson y Elfstrom 1970, Wilke et al. 1999, Bashir et al., 2006). En función de las tareas y preferencias del usuario, una buena silla de oficina debe favorecer una buena postura y fomentar el movimiento en momentos de más de 30 minutos de permanencia estática sentada (Kaillings et al. 2021).

Para sentarse de forma activa, elija una silla con una función dinámica o una función activadora que le active y le dé la posibilidad de evitar una posición sentada estática durante largos periodos, ya que las sillas dinámicas y activadoras tienden a facilitar los movimientos en las oficinas estáticas basadas en escritorios (Colenberg et al., 2021). En este caso se pueden utilizar mecanismos Float/3D o, cuando no se desea ningún movimiento lateral, mecanismos de inclinación sincro y monopunto.

Una posición sentada más alta (abierta), con un ángulo de más de 90° entre el torso y los muslos le ayudará a sentarse recto, desplazar el peso del cuerpo hacia los muslos y activar los músculos de las piernas (Mandal, 1987, Annetts et al., 2012). En este caso, debe reducirse la profundidad del asiento o elegir una silla de montar que evite que el borde delantero del asiento presione los muslos sin dejar de proporcionarle el apoyo necesario. Además, asegúrese de cambiar regularmente su postura de trabajo “ya que la mejor postura, es la siguiente”.

Especialmente, si desea sentarse bien apoyado (a menudo menos activo) durante un cierto tiempo, procure sentarse en la parte trasera del asiento y hacer uso del respaldo. Procure que el respaldo y el soporte lumbar estén ajustados de forma que su espalda esté bien apoyada, ya que esto le ayuda a mantener una posición más neutra (Cho et al., 2015). Asegúrese siempre de no encorvarse hacia delante durante un periodo prolongado, ya que dicha postura comprime la médula espinal y ejerce una enorme presión sobre la espalda (Nachmenson y Elfstrom 1970, Wilke et al. 1999).